Escribo este artículo, hoy, 28 de abril de 2025, que celebramos el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo.
Una fecha que, desde el año 2003, nos invita a reflexionar sobre la importancia de crear espacios laborales seguros, donde la prevención de accidentes y enfermedades sea una prioridad.

Solemos pensar en la seguridad en términos físicos: cascos, medidas de protección, protocolos ante riesgos visibles.
Pero, ¿qué hay de las heridas que no se ven?
¿Qué pasa con las enfermedades silenciosas que se gestan entre reuniones, correos urgentes y ambientes tóxicos?

Hoy quiero hablarte de ellas. De esas enfermedades emocionales que muchas veces pasan desapercibidas hasta que es demasiado tarde.
Y quiero hacerlo desde un lugar muy personal, pero también profesional, porque sé en carne propia lo que significa. Y porque también sé que sí es posible sanar.

 

El lado invisible del trabajo: estrés, ansiedad, depresión, mobbing

El trabajo debería ser un espacio de crecimiento, dignidad, contribución y realización.
Sin embargo, en muchos casos, se convierte en una fuente constante de estrés crónico, angustia emocional e incluso enfermedad.

Algunas de las realidades más preocupantes que enfrentamos en el ámbito laboral son:

  • Estrés laboral prolongado: Una respuesta de alarma continua que, mantenida en el tiempo, deteriora la salud física y mental.
  • Ansiedad y trastornos del sueño: Incapacidad para desconectar mentalmente fuera del horario laboral.
  • Síndrome de burnout: El famoso “estar quemado” emocional y físicamente por la sobrecarga de trabajo y la falta de reconocimiento.
  • Depresión: Cuando la presión, la humillación o la falta de sentido en el trabajo conducen a un estado de desesperanza profunda.
  • Mobbing o acoso psicológico laboral: Conductas sistemáticas de hostigamiento que buscan aislar, desacreditar o anular a una persona dentro de su entorno de trabajo.

¿La gran mayoría de estas enfermedades? Son invisibles.
Nadie lleva una escayola que indique “se me rompió el alma”.
Y eso es justamente lo que las hace tan peligrosas.

 

Especialmente las mujeres: una carga silenciosa añadida

Si bien estos problemas afectan a cualquier persona trabajadora, las mujeres suelen estar más expuestas a ciertos riesgos adicionales:

  • Micromachismos cotidianos que minan su autoestima.
  • Sobrecarga de roles: trabajo remunerado + trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
  • Exigencia de perfección: Ser excelentes profesionales, madres, hijas, esposas, amigas…
  • Falta de reconocimiento o invisibilización en entornos dominados por una cultura de hipercompetencia masculina.

Todo esto genera una presión emocional brutal que, si no se gestiona, termina traduciéndose en ansiedad, culpa, autoexigencia extrema o incluso abandono profesional.

Por eso, hablar de salud laboral hoy también es hablar de equidad de género.
De proteger de verdad la salud emocional de quienes, históricamente, han cargado con las mochilas más pesadas.

 

Mi historia: de sobrevivir al mobbing a acompañar a sanar

No hablo de esto desde un púlpito teórico.
Hablar de enfermedades emocionales en el trabajo toca una fibra muy íntima en mí.

Yo también fui una trabajadora que sufrió mobbing.
No una, sino varias veces a lo largo de mi vida laboral.

Un día tras otro, soportando comentarios sarcásticos, exclusión, tareas imposibles, cambios de reglas arbitrarios, falta de apoyo…
Al principio, no lo entendía. Pensaba que «algo debía estar haciendo mal».
Me volví hipervigilante. Me autocuestionaba constantemente.
Hasta que un día, simplemente, ya no pude más.

En todas las ocasiones, la ansiedad era tal que apenas dormía. Me costaba respirar en el trayecto hacia el trabajo.
Mi cuerpo empezó a somatizar a través de caídas, torceduras de pie y enfermedades físicas, como un pequeño derrame cerebral.
Me sentí pequeña, rota, sola.

Salir de ahí fue uno de los actos de valentía más grandes que he hecho.
Pero también fue solo el comienzo de un largo proceso de reconstrucción interna.

Siempre he creído en el poder del desarrollo personal, por eso me había formado previamente como coach, terapeuta emocional de alto rendimiento, trainer en PNL y especialista en herramientas para superar miedos irracionales.
La formación ya estaba en mí. Era parte de mi camino desde hacía años.

Sin embargo, tras aquel último episodio de mobbing —en el que esta vez no fui yo quien se marchó, sino que directamente me echaron— sentí la necesidad profunda de ir más allá.
Decidí especializarme aún más en terapias enfocadas específicamente en la recuperación emocional tras vivir situaciones de mobbing.

Recuerdo especialmente aquel día:
Sentí una opresión insoportable en el pecho. Me faltaba el aire. Pensé que estaba sufriendo un episodio de asma.
Acudí al médico preocupada, pero tras auscultarme, mi doctora me miró con ternura y me dijo:

—Tus bronquios están bien. Lo que tienes es un ataque de pánico.

No quería reconocerlo. Necesitaba una explicación más “lógica”. En ese instante, me derrumbé.

Tardé más de dos años de terapia, dos bajas laborales y una profunda caída emocional para poder decir que me sentía capaz de regresar a un trabajo que, aunque había amado, ya no me llenaba.
La ilusión, la pasión, el entusiasmo… se habían desvanecido.

Pero como dice el sabio refrán:
«Si no puedes hacer lo que amas, ama lo que haces.»

Con esa mentalidad me reincorporé.
No te diré que fuera fácil. Pero sí te diré que es posible.

Cuando cambias tu foco, cambia tu entorno.
Cuando dejas de mirar tu trabajo como una condena y empiezas a verlo como una oportunidad de transformación, algo dentro de ti se ilumina.

Hoy acompaño a mujeres que, como yo, alguna vez sintieron que el miedo, la ansiedad o la inseguridad les cortaban las alas.
Y te aseguro algo desde lo más profundo de mi experiencia:
No solo es posible sanar. Es posible renacer más fuerte, más sabia y más libre.

 

¿Cómo podemos prevenir estas enfermedades laborales invisibles?

Hoy quiero dejarte algunas reflexiones prácticas, tanto si eres parte de una organización como si eres una trabajadora que quiere cuidar su bienestar:

🔸 Promover culturas laborales basadas en la confianza, el respeto y la comunicación genuina.
No basta con poner frases bonitas en la web corporativa: se necesita coherencia real.

🔸 Visibilizar y tomar en serio los primeros síntomas de estrés emocional:
La prevención empieza mucho antes de la baja médica.

🔸 Formar a líderes conscientes que sepan gestionar equipos desde la empatía y la humanidad, no solo desde los resultados.

🔸 Facilitar el acceso a profesionales especializados: coaches emocionales, psicólogos, terapeutas, talleres de gestión emocional.

🔸 Ofrecer espacios seguros para las mujeres trabajadoras, donde se escuchen sus necesidades y particularidades.

🔸 Fomentar hábitos individuales de autocuidado emocional, como la gestión del estrés, la meditación, el deporte o el desarrollo personal.

 

Si estás leyendo esto y te sientes identificada…

Déjame decirte algo:
No estás sola.
No eres «débil», no eres «hipersensible», no estás «exagerando».

El mobbing, el estrés crónico, la ansiedad laboral son reales. Y pueden tener consecuencias graves si no se atienden a tiempo.

La buena noticia es que también existe un camino hacia la recuperación.
Un camino de reprogramación mental, de reconexión con tu autoestima, de reconstrucción de tu fuerza interior.

Si yo pude salir de ese pozo oscuro, tú también puedes.
Y no tienes que hacerlo sola.

 

¿Te gustaría empezar a liberar tu mente de esos límites invisibles?

Desde mi experiencia personal y profesional, he creado el programa Supera tus Límites Mentales.

Un acompañamiento profundo donde trabajamos juntas:

✨ Identificar y desprogramar los miedos que te paralizan.
✨ Reconstruir tu confianza y tu autoestima.
✨ Aprender a poner límites sanos en entornos laborales y personales.
✨ Liberarte del peso emocional que no te corresponde cargar.
✨ Desplegar, por fin, todo tu potencial sin culpas ni miedos.

Porque tu salud emocional no es un lujo, es un derecho.

Y porque mereces vivir, trabajar y brillar en un espacio que respete tu dignidad y tu bienestar.

Si alguna vez has vivido una experiencia similar, te invito a compartirlo en los comentarios.
Tu historia puede ser esa luz que hoy necesita otra persona que está atravesando un momento difícil en su trabajo.
Juntas, nos sostenemos y nos recordamos que no estamos solas.

Y si sientes que ha llegado tu momento de sanar, de recuperar tu fuerza y avanzar, escríbeme un mensaje privado.
Será un honor acompañarte en este camino de transformación.

Hoy puede ser el primer paso de tu renacimiento.
No estás sola. Estoy aquí para ti. 🤍

14 Comments
  • Cleo3474
    Posted abril 30, 2025

    Very good.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Muchas gracias por dejar tu comentario.

  • Amelie797
    Posted abril 30, 2025

    Good.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Gracias, es un tema que preocupa mucho.

  • Kenny3107
    Posted abril 30, 2025

    Good.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Thanks.

  • Alan2336
    Posted abril 30, 2025

    Good.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Gracias por tu comentario.

  • Quentin784
    Posted abril 30, 2025

    Awesome.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Gracias por tu comentario.

  • Adele4107
    Posted abril 30, 2025

    Awesome.

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Gracias!

  • Jude617
    Posted abril 30, 2025

    Very good

    • Maria del Mar
      Posted mayo 4, 2025

      Thank you.

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